Parasha Ki Tisa (Comentarios)

«Los Hijos de Israel deberán observar el Shabat…a través de las generaciones» (31:16)

Después de que una persona deja este mundo, su alma experimenta un estado de confusión. Si en sus años de vida se sumergió en el mundo físico, aún después de la muerte su alma sigue buscando los mismos placeres físicos. Pero faltándole un cuerpo para experimentar esta dimensión, el alma corre fránaticamente de una lugar del mundo a otro en una búsqueda vana por lo físico. Sin embargo, si una persona pasa su vida en una búsqueda por lo espiritual, y sólo usa el mundo físico para elevar su neshamá (alma), entonces, después de que se va de este mundo físico, su alma reconoce al mundo venidero, que es completamente espiritual, y corre a abrazarlo. La frase «a través de las generaciones» en este versículo puede ser traducido también como «como su lugar para morar». Cuando una persona cuida Shabat, se «espiritualiza» a sí mismo, y al mismo tiempo, crea un lugar para morar en el mundo venidero – ‘el mundo que es completamente Shabat’. Cuando se va al mundo venidero, encuentra un lugar familiar para morar – Shabat será la casa para su alma.

Adaptado del Or Hajaim Hakadosh

«Es (Shabat) una señal eterna entre los Hijos de Israel y Yo»(31:17)

En el negocio de un zapatero la puerta está cerrada al igual que todas las ventanas; ni un poco de luz se puede ver en el interior. Realmente, uno podría pensar que el zapatero se mudó a otra ciudad. Sólo la señal de arriba de la puerta – «Zapatero» – nos dá una clave para saber que el zapatero sigue en su negocio. Es así también con el Judío – por muy lejos que esté de la fe de sus padres, y si todas las mitzvot que deberían iluminar su hogar son como ventanas oscuras, si todavía cumple Shabat, entonces hay una señal de que hay vida Judía en el interior; que la luz del Idishkait no se ha propagado completamente. Pero cuando la señal – «Shabat» – desaparece, es como si el zapatero hubiese dejado la ciudad para siempre.

El Jafetz Jaim

«Aarón les dijo ‘Saquen los aros de oro que están en las orejas de sus esposas, hijos e hijas y tráiganlos a mi'»(32:2)

La parte de Aarón en el incidente del becerro de oro es difícil de entender. No puede ser que deliveradamente él incitó a la gente a hacer un ídolo para adorar. En realidad su intención fue lo contrario: la voluntad de una persona es representada por su corazón. Y el corazón se expresa a través del «bolsillo». Al juntar el oro de todo Israel, y hacerlo una sola unidad, Aarón estaba tratando de crear un símbolo tangible de la unidad de la voluntad del Pueblo Judío: el oro sería derretido en el fuego, y el fuego iría a remover las impurezas de la tendencia latente a adorar ídolos. Lo que quedaría sería puro y unificado, un símbolo de la Unidad de Israel y D-os. Sin embargo, la multitud que se mezcló cuando el Pueblo Judío salió de Egipto, cuyas intenciones eran verdaderamente idólatras, introdujeron el poder de impureza espiritual en el oro. Israel fue atraído por esto, y como resultado surgió el becerro de oro.

Admor Rabbí Shmuel meSokajov

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